Me llamo Virginia García pero soy más conocida como «CreatiVegan» desde que en 2006 abrí mi blog con ese nombre.
Empecé a cocinar alrededor del año 2001 porque me hice vegana y no solo no tenía ni idea de cocinar, tampoco me gustaban las verduras ni las legumbres. Vamos, que empecé por odio a las verduras, no por amor a ellas.
Por aquel entonces no había apenas recursos para personas veganas, y mucho menos libros, así que tras años experimentando en la cocina y trabajando en bares, restaurantes y comedores, decidí abrir un blog de recetas en castellano en el que enseñar cosas diferentes que se pueden hacer con verduras, legumbres y cereales.
Mi idea era enseñar que hay vida más allá de las cuatro verduras cocidas de siempre, que la comida vegana no tiene que ser sosa, blandurria, insípida o con ingredientes super caros (por aquel entonces todo lo que se saliese de la pasta y arroz blancos era muy caro).
Siempre he tirado mucho de ingredientes frescos y de todo lo que se puede comprar cerca de casa. También con ello he hecho un montón de carnes vegetales caseras ya con otros sabores y texturas diferentes a las del clásico seitán.
Claro, todas estas formas nuevas de preparar ingredientes tenían su razón, no se hacen «porque sí», influye el tipo de ingrediente, el método de cocción, el tiempo, etc. Así que empecé a explicar estas cuestiones para que la gente pudiese ver que en realidad no son trucos ni magia, si no que todo tiene una explicación y, sabiéndolo, lo podemos aplicar a muchas otras preparaciones. Si entendemos cómo funcionan las cosas y por qué, es mucho más fácil aprender, claro.
En 2010 decidí que lo mejor sería separar los artículos que escribía sobre cocina y las recetas, dejar el blog solo para recetas y abrir una web nueva para hablar de todo lo que tuviese que ver con la cocina y la gastronomía veganas. Así nació Gastronomía Vegana.
Aquí explico las características y propiedades de las verduras, frutas, legumbres, cereales y derivados, cómo usarlos, cómo hacerlos, etc.
He elaborado algunos tutoriales larguísimos y exhaustivos como el de hamburguesas veganas, publicado por primera vez en 2013, o el de cómo hacer tortillas de patatas veganas (2014).
Entre las cosas que he hecho en todo este tiempo están, además de todas las recetas y tutoriales, unos cuantos ebooks, sobre todo para momentos especiales, como el Recetario Festivo 2013 y Recetas Festivas (2014). Se pueden descargar gratis o comprar en eBook y en papel (Ed. CreateSpace). Puedes ver más de estas publicaciones aquí.
También he impartido talleres de cocina vegana para público general y para profesionales, además de seguir formándome en nutrición, química de los alimentos, etc.
Llevar dos blogs de cocina vegana y querer explicar las cosas al detalle también hace que tengas que tener una buena fotografía culinaria, cosa que he ido perfeccionando con el tiempo.
Mi primera cámara réflex fue una Zenit 12 rusa que compraron mis padres cuando yo tenía 8 o 9 años y con la que aprendí los básicos. Gracias a la proliferación de las DSLR pude avanzar mucho más, ya que antes de eso me dejaba el sueldo en revelados.
Aparte de dedicarme a las fotografías del blog también trabajo para otros proyectos haciendo fotografía gastronómica y food styling (tengo titulación en ambas materias).
Desde 2002 colaboro también con diversas asociaciones de derechos animales preparando y organizando degustaciones en locales y a pie de calle, comedores colectivos, comidas y cenas benéficas, talleres de cocina y recetarios. Puedes echar un vistazo por ejemplo al eBook «Hamburguesas Vegetales» para Igualdad Animal o la Guía Vegana para HORECA, con Fundación Alma Animal.
En noviembre de 2015 publiqué mi primer libro no autoeditado: Cocina Vegana, junto con Lucía Martínez (@dimequecomes), que se encarga de la parte nutricional. Tuve también la suerte de contar con un prólogo genial de Sharon Núñez, directora internacional de Igualdad Animal.
A día de hoy lleva muchos miles de copias vendidas, va por la 7ª edición y sigue siendo un libro de referencia.
Para mí este libro fue un punto de inflexión, ya que no pensaba que un libro de recetas veganas pudiese llegar a tener tanto éxito. Pero ya ves, ahora no solo tenemos este libro, podemos encontrar un montón más, de autoras españolas, en cualquier librería.
Desde 2016 colaboro con la revista CuerpoMente, tanto en la web como en la revista en papel, donde escribo sobre cocina vegana y recetas en general. En 2020 lanzamos mi primer curso online: bizcochos veganos más saludables, con un temario extenso y didáctico y mis vídeos cocinando y explicando ingredientes y técnicas.
Si quieres dominar todas las técnicas e ingredientes para hacer bizcochos 100% vegetales, también sin gluten, sin soja, sin frutos secos y sin otros alérgenos, échale un vistazo. Es lo más completo que encontrarás.
En 2020 comencé un proyecto nuevo con Aitor Sánchez (@midietacojea), tecnólogo alimentario y dietista-nutricionista, enfocado en enseñar a cocinar utilizando ingredientes corrientes y un lenguaje asequible: Sin Receta.
Desde Sin Receta enseñamos los ingredientes básicos de una alimentación saludable y cómo transformarlos para hacer platos especialmente sabrosos. Con las recetas y los tutoriales puedes aprender a cocinar todo tipo de verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos, semillas, etc., fácilmente, ahorrando dinero y tiempo y sobre todo frustraciones.
Con este segundo libro, con la editorial Planeta, quería no tanto plasmar mis conocimientos como dar a conocer los más útiles para las personas que están empezando. Es el libro que me gustaría haber tenido cuando me hice vegana y empecé a cocinar, y algo en lo que llevaba mucho tiempo pensando, hasta que tuve la ocasión de ponerme con ello casi en exclusiva.
Me he centrado en los aspectos más problemáticos tanto para mí cuando era principiante como para todas las personas que me escriben y me consultan sobre las recetas y las técnicas. Partimos siempre de pocos o nulos conocimientos sobre la cocina en general y no aplicamos cosas que a priori nos parecen «de cajón» como la transferencia de calor. Por eso le he dado un enfoque más didáctico, para que con las recetas veas que funciona lo que explico sobre las técnicas y los ingredientes. Así puedes ver que todo es mucho más fácil de lo que parece solo entendiendo unos conceptos básicos.
No he incluido nada de dulces, postres, panes, etc., porque no forman parte de la base de la alimentación ni es con lo que tenemos más problemas (que suele ser siempre el consumo de verduras, hortalizas y legumbres). También porque, además, necesitaría un libro entero para poder explicar solo los básicos. Quizá sea otro libro en el futuro 😉
He tirado mucho de anotaciones en libretas que se remontan a muchos años atrás para encontrar las mejores formas de explicar las cosas. Y después, para las recetas, como siempre, varias pruebas mías y una de los testers, que comprueban que con mis indicaciones cualquier persona puede elaborar el plato tal y como debe quedar. Y junto a eso, la parte fotográfica, que en este libro no tiene tanto peso, pero que te servirá para guiarte a la hora de emplatar y servir.
Desde el año 2001.
Por los demás animales.
En realidad nada, porque lo dejé todo de golpe.
No. Antes solo comía ese tipo de cosas. Desde que empecé a cocinar y a descubrir tantos sabores y texturas, me olvidé por completo de lo monótona que era mi alimentación anterior.
Que ahora prepare hamburguesas vegetales, por ejemplo, no tiene que ver con echar de menos la carne (de hecho no me gustaban las hamburguesas), si no con añadir más formas de cocinar cosas.
No. Y podría haberlos tenido porque al principio no tomaba ningún suplemento de B12. No había apenas información (y circulaba mucha desinformación). Empecé a tomar B12 dos años después de hacerme vegana. No tuve deficiencia de milagro. No juguéis con la salud, el suplemento desde el primer momento, seas vegeta o vegano/a.
No tengo uno solo, tengo… decenas. Y de cada uno de ellos, sus variaciones (en ingredientes por ejemplo).
Una cosa que me gusta mucho hacer (y comer) son lasañas, y hay cientos de formas de hacerlas. Para mí son, muchas veces, un plato de aprovechamiento de todo lo que tenga por la nevera.
No. Salvo que te alimentes solo de «cosas de herbolario», procesados y demás, es más barato.
Cuando yo me hice vegana mi situación económica no era precisamente boyante (nunca lo ha sido, pero vaya, que estaba a dos velas), y tenía un presupuesto de unos 100€ mensuales para comida. Sí, ya sé que estamos hablando de hace 20 años y que los precios eran otra cosa, pero seguía siendo muy poco. Al tener todo tan justísimo, medía todos los gastos al milímetro (al céntimo). Compraba en el mercadillo siempre que podía, y a última hora, que suelen hacer ofertas de último momento. Dejé de comprar cosas que no me aportaban mucho (y otros que quedaban fuera de la lista de la compra porque no son veganos), como pan (en general), cacao de desayuno, cereales de desayuno, margarina, azúcar, galletas, embutidos, quesos… y en su lugar invertía ese dinero en fruta, frutos secos, especias y soja texturizada. El grueso de las compras lo componían verduras, legumbres secas y algunos cereales. No había bebidas vegetales casi en ningún sitio, yogures vegetales, carnes vegetales, etc. Vivías con lo básico necesario.
Si te aburres de comer, es que algo estás haciendo mal. Yo no me aburría cuando comía las 4 cosas de siempre, y tampoco después, cuando me hice vegana. Si te pones para comer cosas que no te gustan, es normal que tengas una sensación de desazón y tristeza. Pero es que *comer bien* no consiste en comer cosas que no te gustan, si no todo lo contrario. No tienes que comer acelgas hervidas con vinagre si no te gustan, y además no son necesarias para nada. Están mucho más buenas unas espinacas a la crema (en la página 162 del libro explico cómo dorar verduras, y en la 208 cómo hacer una bechamel vegetal), un chowder de brócoli (página 93) o un pisto (página 154).